Cada día, millones de personas utilizan los motores de búsqueda para encontrar servicios o información de todos los aspectos de la vida: recetas, guías, productos, vuelos, navegación, billetes, entretenimiento y mucho más. La mayoría de la gente navega por la Web utilizando buscadores para encontrar respuestas a sus preguntas y soluciones a sus retos.
Un estudio demuestra que el 68% del tráfico de Internet procede de los motores de búsqueda. El 53% de este tráfico tiene su origen en la búsqueda orgánica: resultados de búsqueda que no son anuncios (búsqueda de pago) y que pueden mejorarse mediante SEO.

En otras palabras, la búsqueda orgánica (SEO) y la búsqueda de pago (SEA, anuncios en los resultados de búsqueda) constituyen la mayor parte del tráfico en la Web.
Los motores de búsqueda influyen incluso en los lugares a los que acudimos fuera de Internet: utilizamos Google y Apple Maps, y los resultados de búsquedas locales, para encontrar lugares y servicios cercanos, como peluquerías, supermercados, restaurantes y médicos. Elegimos nuestro destino basándonos en las reseñas en línea. Y pedimos a los servicios basados en motores de búsqueda que nos guíen hasta allí, ya sea en coche, en transporte público o a pie.
Ahora imagine que su negocio, productos y servicios no aparecen en los resultados de búsqueda. Imagine que la gente no puede encontrarle en Internet para comprar sus productos o encontrar el camino a su establecimiento físico. En tal caso, lo más probable es que elijan a la competencia.